El Dr. Vjekoslav Domljan, Embajador de Bosnia y Herzegovina en Canadá, encabezó al equipo que preparó la primera estrategia de desarrollo, llamada “Sociedad Empresarial”, para el Consejo de Ministros de Bosnia y Herzegovina, bajo los auspicios del Banco Mundial. Fue el representante para la sucesión de bienes financieros de la Yugoslavia poscomunista.

“Si el Estado es fuerte, nos aplastará; si es débil, pereceremos.”

— Paul Valéry

En distintos momentos de su historia, Bosnia y Herzegovina ha formado parte de los imperios romano, gótico, eslavo, húngaro, otomano y austro-húngaro. Cuando se derrumbó el Imperio Austro Húngaro después de la Primera Guerra Mundial, el país, comúnmente conocido como Bosnia, pasó a formar parte del Reino de Yugoslavia. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, formó parte de la Yugoslavia comunista que se encontraba bajo el mando del Mariscal Tito. Yugoslavia se dividió una década después de la muerte de Tito, primero con la secesión casi pacífica de Eslovenia y después con una guerra que finalizó con la independencia de Croacia, al norte de Bosnia. La guerra desgarró Bosnia entre 1992 y 1995, hasta que finalizó con la firma del Acuerdo de Paz de Dayton, suscrito por todas las partes en París, en diciembre de 1995. Bosnia es un bello país, cubierto de escarpadas montañas y valles tranquilos, con ruinas medievales y hoteles modernos, al que están regresando algunos turistas. Una página del sitio oficial de turismo de Bosnia que describe la ciudad de Mostar, gravemente dañada durante la guerra, lo dice todo: “Recuperarse de la devastación no es una tarea sencilla... la reconstrucción física es la parte más fácil; sanar el alma toma un poco más de tiempo.”

El árbol hueco del Parque Stanley de Vancouver es la metáfora perfecta de Bosnia. Se encuentra vacío por dentro, con un gran boquete por el que frecuentemente pasan los turistas en coche para que les tomen una fotografía. Por un capricho de la naturaleza, el árbol vive, y su copa está repleta de hojas verdes. El árbol es como Bosnia: el Estado existe, pero es frágil.

¿Un juego suma cero?

Un atlas histórico muestra a Bosnia con sus fallas geológicas entrecruzadas que corren del Mar Báltico y del Mar Negro hacia el Adriático. Estas fallas separan tres civilizaciones y convergen en Bosnia. A lo largo de estas fallas geológicas culturales han surgido múltiples tensiones desde hace mucho tiempo. En forma similar a las fallas geológicas, desde el siglo IX ha existido una falla Este-Oeste. La falla entre Europa y el Islam existe desde el siglo XIV. Ambas han sido el escenario de frecuentes erupciones.

Bosnia se ubica en la intersección de las civilizaciones de Europa occidental (católica y protestante), Europa oriental (ortodoxa) y el Islam (musulmana). El país ha sido un punto álgido en distintos momentos. Bien pudiera ser que en el futuro haya nuevas erupciones.

Ivo Andric, originario de Bosnia y Premio Nobel de Literatura en 1961, describió el drama bosnio en su novela Sucedió en Bosnia:

¿Cómo es posible que este país alcance la estabilidad y el orden […] con un pueblo dividido como en ningún otro lugar de Europa? […] El centro de la vida espiritual de cada uno de esos [...] grupos se encuentra muy lejano, en una tierra ajena, en Roma, Moscú, Estambul, La Meca [...] y sólo Dios sabe dónde más, pero desde luego no está aquí, donde la gente nace y muere. Y cada grupo piensa que su bienestar depende de la desventaja de cada una de las otras [...] religiones, y que esas otras religiones sólo podrán progresar a costa suya [...] Y cada una de ellas espera que la salvación venga de algún otro lugar, cada una de la dirección opuesta.

Un académico canadiense, Vern Neufeld Redekop, describió el arraigado conflicto como un”juego suma cero” con grandes riesgos, en el que cada una de las partes está convencida de que sólo puede ganar a expensas de la otra. Como en otras partes del mundo, existe en Bosnia una arraigada rivalidad que ha sido causa de la importante disminución al apoyo de la conciliación y la unidad.

Entidades fuertes, centro débil

En Bosnia, la religión de una persona casi siempre está ligada al grupo étnico y al idioma. Es posible que quien tenga ancestros croatas, sea católico y hable croata. Es muy probable que una persona descendiente de serbios sea ortodoxa cristiana y hable serbio. Si alguien desciende de bosnios muy posiblemente será musulmán y hablará bosnio. Sin embargo, un hablante de cualquiera de estas lenguas puede entender con

Foro de federaciones

Federaciones Vol. 4, No. 4 / 2005

facilidad las otras dos; leer en las tres lenguas es un poco más difícil, debido a que los bosnios y los croatas únicamente emplean el alfabeto romano, mientras que los serbios prefieren el cirílico.

En Bosnia, existen dos entidades constitutivas: la Federación de Bosnia y Herzegovina (Federación Bosnio-Croata) y la República Srpska (República Serbia). El hecho de que haya dos entidades –y no un número mayor, como en casi todos los países federales– es un gran reto para Bosnia. Ronald L. Watts, uno de los más destacados escritores del mundo sobre federalismo, describió las federaciones con dos entidades o uniones como federaciones que agudizan la polarización, conducen a callejones sin salida y en última instancia, a la inestabilidad.

Yel péndulo ideológico en Bosnia osciló recientemente entre dos puntos peligrosamente extremos, de la extrema izquierda a la ultraderecha, el absolutismo de lo particular ha desplazado al absolutismo de lo común, o más específicamente, la balcanización étnico-nacional ha tomado el lugar del internacionalismo comunista.

Los acuerdos institucionales actuales no reflejan fielmente las dos aspiraciones importantes de los bosnios: unidad nacional e identidad étnica.

Bosnia ha sido empujada a la separación por fuerzas centrífugas pero también existen fuerzas centrípetas que la unen. Por un lado, las diferencias entre los bosnios, los croatas y los serbios se han acrecentado; por el otro, los conflictos internos han sido moderados por medio de una combinación de reglas en el comercio interregional, de la acción conjunta en la conducción del comercio internacional y de instituciones a nivel del Estado central que se dedican a las relaciones con las instituciones internacionales.

Los partidos políticos reflejan esta fractura de la sociedad. Los partidos dominantes se identifican según las diferencias étnicas, haciendo de ellas el tema preponderante. No hay partidos que destaquen la importancia de construir la unidad y de buscar soluciones a los urgentes problemas económicos, legales y sociales (desempleo masivo, lagunas en el Estado de Derecho, escaso capital social, etc.), problemas que el anterior partido comunista (ahora Partido Social Demócrata) descuidó.

Consecuentemente, las instituciones centrales de Bosnia son mucho más débiles que las del Reino de Yugoslavia de entreguerras o las de la antigua Yugoslavia comunista. Ambos Estados fracasaron debido a que los problemas étniconacionales quedaron sin solución.

En Bosnia, en el seno de cada grupo étnico, los nacionalistas centran su interés fundamentalmente en las instituciones que podrían quedar bajo su control, gobernando los territorios en los que su propia etnia es mayoritaria. Por ello es que en Bosnia, con una población igual a la de Montreal, todavía existen ejércitos e incluso servicios secretos organizados por cada una de las regiones étnicas, pero no hay un solo servicio de policía que combata la corrupción local, la criminalidad regional y el terrorismo internacional.

Después de la guerra de 1992-1995, la Oficina del Alto Representante de las Naciones Unidas en Bosnia recibió el mandato de facilitar la resolución de los conflictos más complejos. Dado que la fricción entre los distintos grupos étnicos ha polarizado al país, el Alto Representante ha procurado la introducción o el fortalecimiento, según el caso, de instituciones políticas centrales y reforzar el Consejo de Ministros. Sin embargo, las iniciativas de apoyo al nivel central para mantener a Bosnia unida y oponer resistencia a la desintegración del país son más bien intentos para imponer la unidad que para fomentar internamente su crecimiento.

El Alto Representante, personalmente, ha procurado cierta unidad llevando a cabo acciones como el establecimiento de la Oficina de Impuestos Indirectos a nivel político central para grabar con impuestos y generar ingresos originales con oficinas recaudatorias centrales en Banja Luka. Sin embargo, estas acciones no son la mejor solución dado que no fueron iniciativa del gobierno bosnio.

¿Justicia y empleos?

Al terminar la guerra, Bosnia no tenía estructuras ni las condiciones necesarias para el desarrollo institucional y la conducción de políticas. Ante este vacío, cada uno de los Altos Representantes que ocuparon el cargo diseñó e impuso programas para resolver los problemas más importantes del país. Actualmente, dos de estos problemas son la justicia y el empleo.

Los impedimentos para la procuración de justicia son de carácter estructural. La mayoría de los ciudadanos no puede pagar los elevados costos de los tribunales y los honorarios de los abogados cuando son victimizados. Los nuevos capitalistas “de cuerpo entero”, cuya riqueza proviene de la privatización de las compañías de propiedad social y de las auto administradas, pueden costearlos pero no están interesados en el orden jurídico. Prosperan más fácilmente en el desorden.

La ausencia de un Estado de Derecho en Bosnia se debe a la complejidad de los acuerdos institucionales, a una mala interpretación de la situación por parte de asesores extranjeros y, principalmente, a la insuficiente aplicación de la justicia por parte de las autoridades locales. El Alto Representante puede obligar a las autoridades públicas y a los reguladores a aprobar una ley o un procedimiento pero no los puede forzar a velar su cumplimiento. En cada grupo étnico, los nacionalistas introducen sistemas paralelos en sus entidades constitutivas y modifican la reglamentación oficial en un estira y afloja con el Alto Representante.

Cuál será el diseño institucional específico que funcione mejor en un determinado país es algo que aún no se ha comprendido a cabalidad: el enfoque de la parte étnica más fuerte o el del grupo multiétnico más débil. El cambio en las instituciones sociales toma décadas. Como lo advirtió Vladimir Voinovich, el gran autor satírico ruso: “El sistema ruso llegó a su fin, pero lo rusos permanecieron”. Para que el pueblo acepte las nuevas instituciones judiciales, económicas y políticas (como en el caso de la Unión Europea) y para que puedan ser incorporadas a la sociedad, los bosnios deben cambiar, en un proceso forzosamente lento, sus normas sociales.

BIBLIOGRAFÍA ADICIONAL:

Andric Ivo. Bosnian Chronicle, traducción de Joseph Hitrec, Nueva York, Knopf, 1963. Hupchick, P. Dennis y Harold E. Cox.The Palgrave Concise Historical Atlas of Eastern Europe, Nueva York, Palgrave, 2001. Redekop, Vern Neufeld. From Violence to Blessing: How an Understanding of Deep-rooted Conflict Can Open Paths of Reconciliation,Ottawa, Novalis, 2002. Watts, L. Ronald. Comparing Federal Systems, 2da edición, Montreal, McGill-Queen’s University Press, 1999.

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