Boca del Río, Veracruz, 15 de noviembre de 2001.

Versión estenográfica de las palabras del Presidente Vicente Fox Quesada, durante la ceremonia en la que inauguró los trabajos del Foro Internacional de Federalismo: Los Desafíos Globales y Locales, en el World Trade Center Veracruz, en este municipio.

Muchas gracias, muy buenos días. Jóvenes: bienvenidas, bienvenidos.

(Interpretación del inglés al español)

Bienvenidos todos ustedes, bienvenidos los que vienen de otros países, bienvenidos a México.

(Español)

Amigas y amigos:

Antes que nada, reitero una cordial, calurosa bienvenida a México, a este hermoso Puerto de Veracruz.

Es muy significativo que se haya elegido este lugar para celebrar el Foro Internacional de Federalismo, porque aquí se estableció la Villa Rica de Veracruz, el primer municipio del Continente Americano.

Sin duda esta sede es un marco magnífico para la reflexión y la discusión abierta sobre asuntos tan fundamentales para la vida del país, para la vida de nuestro querido México como es la descentralización, el Federalismo y las relaciones entre los distintos niveles de Gobierno.

Felicito al Foro de las Federaciones por este gran esfuerzo para reunir tanto a académicos, como a servidores públicos y a políticos; para abordar de manera especial el tema de los cambios locales y globales, al igual que su impacto en el Federalismo y en el desarrollo sustentable de nuestras comunidades y de nuestros países.

Esta conferencia internacional ciertamente será tan productiva como la de Canadá, en 1999, cuyo tema central fue el del Federalismo en la era de la globalización.

Como muchos de ustedes saben, México está viviendo un proceso de transición democrática, en el que el respeto absoluto y el equilibrio entre los Poderes de la Unión ha fortalecido a nuestra República.

La tarea de los próximos años será consolidar estos avances y fortalecer otros frentes.

A los mexicanos y mexicanas nos importa mucho profundizar las relaciones entre los niveles de Gobierno para transitar, en los hechos, hacia una auténtica Federación. Pero sobre todo, para ser eficaces en dar respuesta a las demandas y a las necesidades de las familias, de las comunidades y de las y los ciudadanos.

México demanda gobiernos municipales y estatales sólidos, capaces de dar respuesta a un número cada vez mayor de necesidades y reclamos de la ciudadanía. Esto requiere, demanda una voluntad política de la Federación para impulsar este proceso.

Las responsabilidades y atribuciones deben, en la práctica, estar adecuadamente compartidas entre los tres órdenes de Gobierno. Si cada uno es más eficiente y más eficaz en sus funciones, no sólo servirá de mejor manera a la ciudadanía, sino que fortalecerá a la Federación y al país entero.

Tenemos que reconocer que en el contexto de globalización que vivimos hoy los estados, los municipios y las ciudades, no interactúan ni compiten únicamente con la localidad vecina o con la región cercana, sino con unidades similares en otros países.

Hoy el mundo se organiza en formas que tienden a adoptar una estructura federal, a través de bloques comerciales y políticos que se han convertido en el eje de la cooperación entre países. La Unión Europea es un ejemplo claro, exitoso de estas nuevas formas de vinculación.

El siglo XXI nos está exigiendo una gran creatividad para encontrar modelos de cooperación que potencien las capacidades de nuestras regiones.

México, en coordinación con diversas naciones de América Central, ha puesto en marcha el Plan Puebla-Panamá. Un esfuerzo de desarrollo regional para impulsar el crecimiento sustentable en esta parte de nuestro país y en esta región de Centroamérica.

Con él vamos a formar un corredor de desarrollo industrial, comercial y de servicios, a lo largo del sur-sureste de México, hasta el istmo centroamericano.

Ayer México y América Central compartíamos únicamente los problemas, hoy vamos a compartir también las soluciones.

Para poder participar de los beneficios que ofrece la cooperación internacional, México debe fortalecer su sistema Federal y devolver facultades, responsabilidades y presupuesto, a los estados y a los municipios, a fin de que cuenten con las herramientas necesarias para competir exitosamente en el nuevo orden mundial.

En cuanto a definición de responsabilidades, la última revisión que hiciera el Congreso de la Unión al 115 Constitucional, deja claras estas responsabilidades.

En un proceso real de transferencia de recursos, en los últimos 10 años se ha invertido la fórmula de aplicación de los mismos.

Si hace 10 años el Gobierno Federal administraba, tomaba decisiones y se hacia responsable exclusivo del 65 por ciento del gasto de inversión y en aquel entonces los municipios recibían en transferencias --junto con los estados-- el 35 por ciento, hoy la fórmula es exactamente a la inversa; el 65 por ciento de los recursos de inversión son administrados por los estados y municipios, y el 35 por ciento lo son por la Federación.

Sin embargo, es evidente que hay que reconocer que para ninguno de los tres niveles de Gobierno son suficientes estos recursos, para enfrentar las demandas, necesidades y rezagos.

Por esto, hemos propuesto responsablemente la Nueva Reforma Hacendaria Distributiva, que claramente plantea un esfuerzo de redistribución de recursos, no sólo para los niveles de vida en la población y la ciudadanía, sino particularmente para redistribuir recursos entre los niveles de Gobierno.

Por eso este Foro es tan importante para México; en él vamos a poder conocer con detalle las experiencias de otros países en materia de relaciones intergubernamentales, de descentralización fiscal, de transferencia de facultades fiscales y de participación ciudadana.

Como gobernador de Guanajuato conocí los inconvenientes del centralismo, un centralismo que pone diques a la creatividad de los estados y de los municipios, y que lejos de resolver los problemas los hacia mayores.

Hoy queremos abandonar estas prácticas. Nuestro compromiso es apoyar la iniciativa y el espíritu innovador de los gobiernos locales.

En estos meses hemos llevado a cabo diversos cambios para fortalecer nuestro sistema federal.

El Plan Nacional de Desarrollo nos ofrece un claro ejemplo de ello; en él se incorporan las propuestas, tanto de los estados como de los municipios a través de los foros de consulta ciudadana, el Plan considera al Federalismo y la subsidiaridad como principios fundamentales del Gobierno y como parte de las políticas centrales del Poder Ejecutivo.

En función de ello, hemos establecido consejos nacionales en diversas materias, entre ellos la agropecuaria, los consejos agropecuarios a niveles estatales que administran los recursos destinados al campo. Igual estamos haciendo con la vivienda.

Mediante estos Consejos, se transfiere Presupuesto a las entidades federativas y donde las decisiones se toman de común acuerdo con las autoridades locales.

El impulso al Federalismo no debe quedarse en el terreno de la planeación. Es de la mayor relevancia lograr una distribución más equitativa, eficiente y transparente de los recursos públicos y de las facultades tributarias entre los distintos órdenes de Gobierno.

Al mes de octubre de este año, se han entregado a los estados recursos 2.6 por ciento mayores a los programados y 5.4 por ciento más --en términos reales-- que los otorgados en el mismo período del año 2000.

No obstante el esfuerzo en este sentido, reconocemos que es ampliamente insuficiente esta transferencia. Por eso la promoción de otras reformas para mejorar las finanzas gubernamentales, por eso un esfuerzo grande de recaudación que tenemos que hacer los tres niveles de Gobierno, porque nuestras tasas impositivas son competitivas y son comparativas con las de otros países. Sin embargo, la recaudación es muy por debajo de lo que alcanzan otras naciones.

En materia de Federalismo, el objetivo es habilitar a cada orden de Gobierno para que pueda responder, de manera inmediata y efectiva, a las necesidades de la población.

Tenemos que avanzar en la evaluación gubernamental y en la profesionalización de los servidores públicos, así como equipararlos con las herramientas necesarias para un desarrollo óptimo de sus funciones. Tenemos que avanzar en transparencia y rendición de cuentas.

Por esto nos hemos propuesto desde el Gobierno Federal, de ahora en adelante, hacer públicos los resultados en materia de calidad educativa, estado por estado y el total nacional.

Ya se hizo una evaluación --también-- de los niveles de corrupción en el país y fue publicado por Transparencia Internacional --Capítulo México-- estado por estado y se hará también de las distintas dependencias del Gobierno Federal.

Y próximamente también habrán de publicar los índices de criminalidad y delincuencia de cada uno de los estados y por supuesto, también los que corresponden al orden Federal.

Es mediante la transparencia que alcanzaremos la rendición de cuentas y, a la vez, la solución de muchos de nuestros problemas.

A fin de que se cuente con tecnología de punta, que está demandando la gestión gubernamental, se ha lanzado ya el Programa e-México.

Con él vamos a conectar a todos los rincones, todos los municipios del país, dando a sus autoridades los instrumentos de trabajo que hoy son indispensables como las computadoras y el acceso a Internet.

El Plan e-México comprende el Plan e-Gobierno, el e-Educación y el e-Salud. Así, abriremos la posibilidad de tener un puente entre lo local y lo global.

Un compromiso esencial de mi Gobierno es impulsar un Federalismo moderno, que incluya de manera significativa la atención de la seguridad pública y quizá aquí está uno de nuestros mayores retos para trabajar coordinados.

La seguridad pública en México --el Estado de Derecho-- sin duda es la mayor demanda de nuestra población y de nuestras familias.

Con esta visión, emprendimos la creación de la Secretaría de Seguridad Pública como la institución del Gobierno Federal encargada de articular una estrategia de seguridad con todas y cada una de las entidades federativas del país al igual que con los municipios, de manera conjunta, para emprender acciones efectivas para la prevención del delito y garantizar la seguridad y tranquilidad de los y las mexicanas.

Aun en el marco de fuertes restricciones presupuestarias, la Secretaría de Seguridad Pública ha realizado importantes tareas en el renglón de seguridad que la ciudadanía irá percibiendo en el corto y mediano plazos.

Esta nueva institución ha emprendido importantes programas para promover la capacitación y profesionalización de las policías en los tres órdenes de Gobierno; un total de 250 mil policías, de los cuales 240 mil pertenecen al ámbito local --esto es, estatal y municipal-- y 10 mil pertenecen al Gobierno Federal.

Sólo trabajando unidos vamos a poder erradicar la corrupción en estas corporaciones y vamos a poder trabajar con eficacia para resolver este grave problema.

También la Secretaría está apoyando a las policías locales en su lucha contra la delincuencia y adoptando medidas para incrementar la seguridad de los centros penitenciales federales.

Esa dependencia impulsa, además, el despliegue de operativos y acciones coadyuvantes a garantizar la seguridad de instalaciones estratégicas en el país y la operación del Sistema de Información Nacional Estratégico para la Prevención y Combate del Delito, al igual que el combate al narcotráfico, crimen organizado y al terrorismo.

El ejercicio de la función pública exige garantizar la transparencia en el desempeño, la gestión y el uso de los recursos públicos.

Cada uno de los tres órdenes de Gobierno debemos rendir cuentas claras a la ciudadanía. De este modo lograremos una mayor disposición de la sociedad para contribuir en la solución de los asuntos públicos.

Gobierno y sociedad debemos crecer juntos en el ámbito local para retroalimentarse. Sólo así podrá garantizarse el desarrollo local y regional y convertirlo en una ganancia neta para todas y para todos.

El tema del Federalismo puede y debe de ser un factor de unidad. Los actores y poderes políticos de todos los niveles, los legisladores de los diferentes partidos y fuerzas, se suman a este objetivo.

Hoy podemos afirmar que tenemos un Gobierno Federal que respeta la soberanía de los estados y la autonomía de los municipios. De igual manera se respeta la pluralidad.

Estamos trabajando para que el Federalismo funcione como mecanismo de coordinación, que incluya la pluralidad que caracteriza al México de nuestros días y promueva la unidad dentro de la diversidad.

Una Federación fuerte no es la que concentra para sí la mayoría de las competencias, atribuciones y recursos; una Federación fuerte es la que se compone de entidades vigorosas y comprometidas con el desarrollo de sus ciudadanos.

No me cabe duda de que a lo largo de estos tres días surgirán muchas ideas, nuevas ideas y propuestas para dar un nuevo ímpetu al sistema Federal.

Vamos a seguir con mucha atención las conclusiones de este importante Foro y las habremos de integrar a nuestros planes de trabajo. Estoy seguro de que muchas de ellas van a servir para impulsar el desarrollo de políticas que nos permitan hacer de cada una de las entidades de nuestra Federación y de cada uno de sus municipios, unidades sólidas y capaces de asumir en plenitud los retos de su propio progreso.

En el Federalismo se juega el futuro del país, porque es una condición esencial para el México que estamos construyendo: un México a la altura de los retos del siglo XXI, un México cuya riqueza está justamente en su diversidad y que sabe que las responsabilidades se asumen entre todos y los beneficios son también para todos.

Muchas gracias.

Y si me permiten y se ponen de pie, muchas gracias, vamos a proceder a la inauguración.

Hoy, jueves 15 de noviembre de 2001, me es especialmente grato declarar formalmente inaugurados los trabajos del Foro Internacional de Federalismo: Los Desafíos Globales y Locales. Que tengan el mejor de los éxitos.

Muchas gracias y que Dios los bendiga.

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